Tristeza parasitaria

La tristeza parasitaria está provocada por protozoarios que parasitan los glóbulos rojos del vacuno (hemoparásitos) que pueden ser del tipo Babesia (Bebesia bovis y Babesia bigemina) o Anaplasma (Anaplasma marginale), y se pueden encontrar solos o combinados.

Estos hemoparasitos son transmitidos por la garapata Boophilus microplus. En el caso de Babesia la garrapata es el único vector, mientras que en el caso de Anaplasma también se debe considerar la transmisión por agujas contaminadas y otros insectos chupadores como mosquitos, moscas y tábanos.

Los terneros menores de nueve meses tienen mayor resistencia a la enfermedad, y en general si están en contacto con babesia y anaplasma antes de esta edad, generan inmunidad de por vida. Este es el principio denominado “premunición”.

Ante un brote de Tristeza se debe tratar el hemoparasito y también la garrapata. Para profundizar en los tratamientos garrapaticidas sugerimos repasar los Apuntes Técnicos N°5, donde explicamos el concepto de Tratamiento Generacional de la garrapata.

Se debe tener en cuenta que los garrapaticidas que actúan por vía sistémica como las ivermectinas, controlan la garrapata luego que ésta sube al vacuno y lo pica, por lo que si esa garrapata está infectada con babesia o anaplasma, puede transmitir la Tristeza al picar el animal, antes de que la ivermectina mate la garrapata. Esto se ha observado sobretodo en casos de ganados con poca inmunidad a babesia y anaplasma, sumado a una gran infestación de garrapatas.

En el control del hemoparasito se usan drogas como Imidocarbo, que ha demostrado ser muy efectivo tanto en el control terapéutico como en la prevención de la babesiosis y anaplasmosis. Otra droga utilizada son las benzamidinas, que actúan fundamentalmente sobre la babesia, debiendo ser combinadas con antibióticos para controlar la anaplasmosis.

Se debe tener mucha precaución al movilizar animales enfermos, ya que se puede ocasionar casos de muerte súbita.